Los perfiles de quienes dirigen las organizaciones se han vuelto cada vez más completos como respuesta a las dinámicas del mundo actual, por ello resulta fundamental reconocer las características más importantes de los líderes que deseamos para las organizaciones modernas.
Para que una compañía pueda evolucionar y sobreponerse a los constantes cambios en el mercado y sus comportamientos, es necesario que esté dirigida por personas con habilidad para adaptarse y responder de forma casi instantánea a dichos cambios, y que además posea una mente calculadora y la calidez de un ciudadano ejemplar.
En la actualidad requerimos de perfiles que conjunten un entramado de habilidades que van más allá de los conocimientos académicos, es decir, de competencias, entendidas como “la capacidad para enfrentar y resolver con éxito situaciones inciertas, nuevas e irregulares en la vida laboral” (Ducci, 1997, p. 230). Es importante recalcar que el tipo de competencias varía de acuerdo a los niveles jerárquicos en las organizaciones. Un estudio realizado por Carlos Alcérreca (2017) demuestra que los perfiles operativos valoran menos aquellas habilidades relacionadas con finanzas, conocimiento de políticas públicas, creatividad y adaptación a la cultura organizacional, a diferencia de los perfiles ejecutivos y directivos, para quienes resultan de suma importancia.
Desde esta perspectiva, podemos desglosar una serie de competencias que requerimos de los grandes tomadores de decisiones: las competencias gerenciales, definidas como un conjunto de conocimientos, habilidades, comportamientos y actitudes que una persona debe poseer para ser efectiva en un amplio abanico de puestos y en distintas clases de organizaciones (Chiavenato, 2010, p. 458).
Existen diversas clasificaciones y perspectivas acerca de las competencias gerenciales; una de las propuestas más importantes y que puede darnos un panorama bastante amplio y profundo es la de Bérard (2003), quien las clasifica en cuatro rubros:
- Del saber-hacer: competencias relacionadas con las habilidades; engloba la manera en que el gerente las enfoca para obtener resultados concretos. Se trata del constructo más operativo.
- Del saber: esta área se relaciona con el conocimiento y la capacidad de evaluar críticamente el entorno. Representa el pensamiento metodológico y la planeación.
- De la conducta ética y moral: se trata de los valores que rigen las acciones y el comportamiento de acuerdo a lo que se considera adecuado e inadecuado.
- De la comprensión individual: estas competencias tienen que ver con la percepción propia y su influencia en el desenvolvimiento social para generar un entorno positivo.
También podemos dividirlas en tres habilidades directivas esenciales (Whetten & Cameron, 2005):
- Personales: desarrollo de autoconocimiento, manejo del estrés, solución analítica y creativa de problemas.
- Interpersonales: manejo del conflicto, motivación de los empleados, comunicación y apoyo, ganar poder e influencia.
- Grupales: facultamiento y delegación, dirección hacia el cambio positivo, formación de equipos eficaces.
Cabe mencionar que para identificar las competencias específicas del gerente, debemos contextualizar de acuerdo a los objetivos y condición de cada organización en particular. No obstante, podemos sintetizar de manera general el perfil gerencial exitoso como una persona que:
- Se comunica de forma clara y asertiva.
- Administra su tiempo y sabe controlar el estrés.
- Toma decisiones de manera eficiente.
- Reconoce problemas y propone soluciones.
- Motiva a los demás.
- Delega tareas.
- Es experto en fijar metas reales.
- Se conoce muy bien a sí mismo.
- Sabe combinar el talento para formar equipos eficientes.
- Es un gran conciliador.
Es muy importante tener en cuenta la complejidad de este perfil, ya que una persona puede ser excelente administrador, pero carente de sensibilidad para motivar a su equipo; o por el contrario, poseer una actitud optimista que contagie a todos, pero débil en la toma de decisiones. Es por ello que muchas organizaciones aprecian a los gerentes que además tengan aptitudes de liderazgo.
Entendemos por liderazgo el “uso de la influencia en un escenario o situación organizacional que produce efectos significativos […] en el logro de objetivos difíciles” (Ivancevich, et. al., 2016, p. 492).
Para profundizar en el perfil del gerente exitoso debemos entender que existen diferentes tipos de liderazgo. Podemos identificar tres tipos (Koontz, 2008):
- Autocrático: es una persona inflexible, da órdenes y espera el cumplimiento de las mismas de forma prácticamente inmediata. Rige a través de recompensas y castigos.
- Democrático: le interesa la opinión de los subordinados en la toma de decisiones.
- Líder de rienda suelta: da gran independencia a los subordinados. Toma consideración el perfil de su equipo para establecer metas y las estrategias para alcanzarlas.
Si analizamos las características de un gran líder, podríamos descartar la primera definición como el perfil del líder que querríamos para las organizaciones actuales. Por ello es necesario conocer los principales rasgos del liderazgo estratégico efectivo (Lussier & Achua, 2008), que son:
- Dominio: disfrutan haciendo crecer a su equipo y a las personas que los rodean, un gran líder jamás utilizará la intimidación.
- Energía: muestran gran entusiasmo, trabajan cuanto sea necesario para alcanzar sus objetivos.
- Confianza: no dudan de que pueden resolver cualquier problema, pero no con arrogancia, sino con una genuina capacidad para sobresalir.
- Locus del control: no confía en la suerte, sino en sus propias habilidades.
- Estabilidad: conocen sus debilidades y fortalezas, procuran no desequilibrarse emocionalmente.
- Integridad: siempre se orientan a las prácticas honestas y éticas.
- Inteligencia: invariablemente poseen un coeficiente intelectual arriba del promedio y poseen grados académicos. Su inteligencia emocional es igualmente valorada.
- Flexibilidad: es capaz de adaptarse a cualquier cambio y se mantiene informado de lo que acontece en el mundo.
- Sensibilidad: se preocupa por lo que le sucede a las personas y se interesa por su crecimiento profesional.
Si nos encontramos en la búsqueda de un líder, es imperante considerar que estas competencias pueden desarrollarse, evaluarse y mejorarse. Es decir, debemos valorar los perfiles que identifiquemos como los más aptos para el desarrollo y crecimiento tanto personal como del entorno.
Un profesional que busca posicionarse como líder, o incluso un líder en pleno, debe mantenerse en constante evaluación de sus conocimientos y comportamientos actuales; requiere aprender las mejores prácticas y conocer por qué funcionan, debe analizar los casos de éxito y de fracaso. Asimismo, necesita practicar las competencias y obtener retroalimentación; además, siempre debe adquirir y aplicar nuevas habilidades en su entorno de trabajo. En la actualidad ya no es suficiente considerar las competencias gerenciales cuando buscamos a quien esté al mando. La buena administración, el análisis de problemas y la toma de decisiones debe estar íntimamente acompañada de un profundo autoconocimiento y sentido de bienestar, progreso y comunidad, es decir, de liderazgo. Es nuestra responsabilidad conocer los retos del mundo actual para identificar los rasgos y características que buscamos en los tomadores de decisiones. Pero sobre todo, necesitamos ayudar a formar a los líderes de hoy para llevar a nuestras organizaciones al mundo de mañana.
JONATHAN SALAZAR VÁZQUEZ
Socio Director, People 4 Business
People 4 Business fue fundada en 2010. Se especializa en consultoria, headhunting, payroll y accounting. www.people4business.net