Resguardo de Recursos Humanos… y no Humanos

Recursos humanos o no humanos

El siglo XXI ha traído cambios sin precedentes en la vida del ser humano. El desarrollo tecnológico ha permitido automatizar prácticamente todos los procesos que realiza una persona en su día a día, haciéndolos más eficientes.

En la actualidad los directores de grandes corporaciones dedican la mayor parte de su tiempo a la toma de decisiones críticas y a desarrollar estrategias para el crecimiento de sus negocios.

Establecer procesos manuales para mantener el control sobre las personas que ingresan a nuestras instalaciones o llevar un registro de los proveedores o contratistas que laboran en sitio durante periodos determinados, por ejemplo, representa tiempo que las empresas y sus directivos no pueden desperdiciar. Para eso existen sistemas que facultan la automatización de procesos como el control de acceso.

Estos sistemas permiten llevar un control eficaz del flujo de personas en nuestras instalaciones, además de incrementar la seguridad de nuestros activos, lo cual representa una preocupación real para directores de Recursos Humanos y directores de Seguridad en México.

Cuando hablamos de la seguridad de un recinto así como de sus ocupantes y su contenido, la tendencia general es pensar en cuerpos de vigilancia con todas sus connotaciones, positivas (las menos) y negativas (las más). Esto es un motivo para tomar el tema con reservas.

Sin embargo, si bien es cierto que el elemento humano sigue siendo útil y a veces incluso insustituible en los sistemas de vigilancia y control, la verdad es que la presencia humana por sí sola poco puede hacer ante la creatividad de quien quiere entrar en lugares donde no debería, además de permitir la existencia del error (si no es que el de la corrupción).

Por tanto, hoy en día es fundamental contar con sistemas integrales tanto de enrolamiento, como de creación de perfiles de usuarios y asignación de atributos a los mismos, con los equipos capaces de leer y, de una manera no emocional, tomar decisiones en cuanto a permisos o negaciones de acceso.

La buena noticia es que los sistemas de acceso, identificación, validación, detección y eventual bloqueo varían enormemente en sofisticación, naturaleza y consiguientemente en precio; seguramente hay una alternativa adecuada para prácticamente cada proyecto. Lo que es incuestionable es su naturaleza indispensable en cualquier empresa, independientemente de su ramo y de su presupuesto.

Sin entrar en grandes tecnicismos, basta decir que un sistema completo de acceso seguro consiste fundamentalmente de cinco componentes: identificaciones (mecanismo de portación y transferencia de información), lectoras (mecanismo de recepción de datos), controladores (mecanismo de toma de decisión), software (mecanismo de gestión) y barreras físicas (mecanismo de bloqueo).

La naturaleza y sofisticación de estos sistemas es muy variable, por ejemplo, las tarjetas pueden ser de diferentes frecuencias y estándares. La lectura puede ser de datos o de características biométricas (huella dactilar, iris, patrón de vena, rostro, etc.). Los controladores pueden ser de diferentes capacidades y características.

El software puede ser desde básico y sencillo hasta aquellos altamente refinados. Finalmente, los controles físicos pueden ser desde los típicos torniquetes (todavía muy socorridos y útiles) hasta carriles de enorme elegancia y eficiencia. Y con todas estas variables viene obviamente la cuestión del monto de la inversión.

En este punto hay que precisar que quien crea que la inversión, por ser vinculada a tecnología, deba forzosamente ser estratosférica y por tanto cuestionable, comete un grave error. Así mismo, quien insista en llamar a esta adquisición un gasto, como si se tratara de un desembolso a fondo perdido, se equivoca en forma radical; nada es más lejano a la realidad que ver una inversión en seguridad como un gasto.

El valor de la integridad de nuestro personal, nuestras instalaciones y el conocimiento e información contenido en su interior, es infinitamente superior al costo mensual (por demás deducible) reflejado en nuestro estado de resultados.

Es como el seguro de nuestro vehículo. Lo primero que tienen que hacer las empresas es tener en su radar la concepción misma de un proyecto de instalaciones, la necesidad de controlar los flujos (enrolar y dar de baja atributos de nuestro personal) en forma confiable, inmediata y dinámica.

Lo mismo si se trata de 20 que de 2,000 empleados. Al mismo tiempo, contar con los espacios para montar las barreras físicas que permitan el eventual bloqueo del paso es de gran relevancia. Nada más dramático que empresas de primerísimo nivel con un edifico de última generación que se ven forzadas a sacrificar la calidad del control de accesos por falta de espacio.

El sistema de identificación y control de accesos debe ser visto como prioridad, similar a la de sistemas básicos como el suministro de agua, drenaje, corriente, elevadores, detección de incendios, etcétera. 

Cualquier equipo de Recursos Humanos debe forzosamente estar involucrado junto con el área de Seguridad Corporativa de la empresa, en todas las discusiones con arquitectos e ingenieros a cargo de un proyecto de construcción o renovación de instalaciones.

Junto con ellos, el profesional —quizá pocas veces escuchado— necesario para la determinación y dimensionamiento del sistema adecuado en cada caso, es el integrador de soluciones. Esta persona o equipo de profesionales conocen las diferentes alternativas y serán capaces de recomendar y ejecutar el sistema adecuado a sus necesidades y presupuesto, y en la operación diaria nos dará el dorado objetivo de la tranquilidad.

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