Por Ricardo Rodarte, Director General de OCCMundial*
Todos sabemos que en estos tiempos de COVID-19 las organizaciones están haciendo un arduo esfuerzo por recuperar el ritmo de operación que mantenían antes de la pandemia. Además, siendo una crisis mundial de salud, están dirigiendo esfuerzos para mantener el bienestar de su equipo de trabajo, que son su activo más importante y quienes pueden ayudarlos a salir a flote de esta situación.
Sin embargo, pese a que las empresas quisieran conservar a su equipo de trabajo bajo las mismas condiciones que tenían a principios de 2020, muchas de éstas han tenido que tomar la difícil decisión de recortar puestos laborales, reducir sueldos o pausar los planes de contratación, todo esto por la falta de liquidez que enfrentan en el contexto actual.
Así nos lo han dado a conocer las mismas empresas en el “Termómetro Laboral”, ya que ante la imposibilidad de otorgar ascensos, ofrecen otra clase de estímulos parciales, como los bonos o un pacto de incremento de sueldo en el futuro. Ante ello, el 78% de las organizaciones dijo estar enfocada en sobrevivir y continuar operaciones, buscando incluso que el mismo personal ayude con nuevas funciones sin pagos extra.
Es así como vemos que la generación del flujo de efectivo necesario para otorgar compensaciones económicamente atractivas a los empleados no es la realidad de hoy, sin embargo, éstos están siendo más conscientes de las dificultades económicas que atraviesa su empresa y por lo mismo, su productividad se encuentra entre normal y alta que antes de la pandemia, de acuerdo con este “Termómetro Laboral”, no solo buscando conservar su empleo sino como apoyo ante la situación.
Lo que les podemos decir es que las crisis ofrecen oportunidades para que las organizaciones se reinventen en todos los aspectos y el departamento de Recursos Humanos no es la excepción. Además de los grandes retos que enfrentan para promover un enfoque colaborativo, flexible y de inmediatez, ahora más que nunca los profesionales de RRHH deben de reconocer y explorar cuál es el valor de su organización para entregarlo de manera individual a los colaboradores dentro de un contexto de remuneración incierto.
Es por lo anterior que ante la falta de incentivos monetarios atractivos, hoy en día toma relevancia lo que conocemos como salario emocional, es decir, cualquier compensación que vea por el bienestar físico, mental e incluso financiero de los trabajadores, lo que no sólo beneficiará al empleado, sino impulsará la marca de la empresa como buen empleador en tiempos de crisis.
Por ejemplo, los beneficios dirigidos a la salud mental y a la reducción del estrés en nuestros colaboradores son sumamente necesarios en el contexto actual por la ansiedad que muchos vivimos ante la incertidumbre económica y de salud. Muchas organizaciones han optado por sesiones virtuales de ayuda psicológica, de meditación, de socialización, con el fin de pasar el rato y olvidarse de las presiones personales y laborales. Además para este fin es relevante impulsar el balance trabajo-vida personal de los colaboradores, ya que sabemos que el home office ha sido la gran alternativa para seguir laborando, pero puede ser de riesgo si no se establecen claramente las fronteras.
En cuanto a la salud física, además de todos los protocolos que la empresa debe cumplir para reducir el riesgo de contagio entre los empleados que ya están acudiendo presencialmente, los líderes en las organizaciones pueden diseñar programas para monitorear la salud de sus equipos de trabajo, además de compartir sesiones de ejercicio físico y recomendaciones para mantener una alimentación balanceada o cualquier acción que mejore su salud.
Finalmente, no hay que dejar a un lado que la reducción salarial es una realidad para muchas familias, por lo que los trabajadores pueden estar enfrentando preocupaciones financieras. Es así, que las empresas tienen la opción de apoyar con programas de educación financiera para que las personas desarrollen presupuestos con base en su realidad y tomen decisiones inteligentes.
Muchos de estas compensaciones emocionales no requieren grandes inversiones por parte de las empresas. La clave es la creatividad e innovación dentro de las compañías para hacer más con menos, mantener motivados a los colaboradores y a la altura del desafío, cuidando en primer plano su bienestar, lo que a la larga se traducirá en la continuidad del negocio.
* El autor es Director de Operaciones (COO) de OCCMundial, el Centro de Carrera Profesional en línea líder en México, desde septiembre de 2015 y a partir de entonces ha impulsado el crecimiento anual de más de dos dígitos de la compañía, la apertura de oficinas comerciales en 13 estados del país y la penetración del proceso de reclutamiento en las PyMEs. Anteriormente se desempeñó como Director Comercial y Director de Finanzas de la compañía y bajo su dirección en 2011 se lanzó OCCEducación, unidad de negocio que ofrece opciones educativas de todos los niveles y especialidades. Anteriormente ocupo por más de 12 años puestos internacionales dentro del área de finanzas en Procter & Gamble y también colaboró en Convermex. Graduado con honores, es Licenciado en Administración de Empresas con especialidad en Finanzas por la Universidad Nuevo Mundo.