Home office, una nueva forma de trabajar

La gestión del trabajo remoto se ha convertido en uno de los grandes retos a partir de la pandemia por covid-19

En un país como el de nosotros que tiene un notorio atraso vs. Las economías de primer mundo. Pensar en el concepto de home office o trabajo remoto, hace unos meses era igual a perder el control de las personas, solaparlos para que se hagan “tontos” en sus casas, darles vacaciones todo el tiempo, que lleguen tarde, que no atiendan las juntas, etc. Pocas eran las empresas que se estaban abriendo a esta nueva forma de trabajar y, en la mayoría de los casos, era obligado por reglamentaciones contra la contaminación con el programa hoy no circula o por el terremoto de 2017.

Este año todo dio un giro inesperado, algo que sabíamos que nos sucedería en algún punto; y nos alcanzó sin avisar. La realidad es que hoy en día la forma de trabajar y de hacer negocios cambió por completo y ahora nos enfrentamos al gran reto de hacer de esta nueva normalidad una experiencia llevadera y grata para nuestras vidas.

Home office, ¿en dónde estamos parados?

Primero que todo, es importante que tengamos bien claro el concepto de home office o teletrabajo: es una forma flexible de organización del trabajo basada en el desempeño de la actividad profesional, sin la presencia física del trabajador en las oficinas de la empresa en una gran parte de su jornada laboral. Esto abarca un amplio espectro de actividades y se puede realizar a tiempo completo o parcial. Para llevar a cabo el teletrabajo es fundamental contar con medios de comunicación básicos como la computadora y un celular, así como el software necesario para permitir la comunicación vía remota. En el caso de nuestro país, por años hemos tenido la cultura del “reloj checador”; una mentalidad del trabajo totalmente apegada a la vieja escuela, en donde se piensa que entre más horas pasas pegado a la silla o en la empresa, trabajas más; lo cual es totalmente falso y es una contradicción a lo que la palabra productividad se refiere, la cual está alineada con conceptos de aprovechamiento de recursos y eficiencia. Si bien es cierto que hay labores que son muy técnicas y monótonas para que se cumplan, no todas las tareas en una empresa tienen que funcionar bajo ese concepto. Muchos puestos de trabajo, hoy en día, se pueden medir por logro de objetivos, sin necesidad de que las personas estén pegadas al escritorio las ocho horas de la jornada laboral.

Países como Finlandia, Suecia, Suiza, Estados Unidos, Japón y Colombia han llevado a cabo la práctica del trabajo remoto desde hace muchos años, con gestiones y legislaciones bien cimentadas para que esto suceda a conveniencia de ambas partes: el trabajador y la empresa. De hecho, es de llamar la atención que un país latino como Colombia sea uno de los más avanzados en cuanto a la regulación del home office, seguido de países como Brasil, Costa Rica, Perú, Ecuador y Jamaica.

Home office, el reto para todos

Revisemos los retos a los que se enfrentan las empresas y los empleados ante esta modalidad:

Empresas:

  • Contar con herramientas tecnológicas que permitan el trabajo a distancia.
  • Proveer de equipamiento indispensable a los empleados: sillas ergonómicas, laptops, buena conexión a Internet, etcétera.
  • Protección y confidencialidad de la información interna de la empresa.
  • Medición de productividad basada en objetivos logrados, no en tiempo.
  • Promover la comunicación interna, así como el trabajo en equipo.
  • Garantizar procesos de comunicación con clientes, proveedores y socios del negocio.
  • Mantener motivados a los empleados. Hacer evidente el compromiso que tiene la empresa con su fuerza laboral.
  • Promover la convivencia entre el equipo.
  • Asesoramiento constante a empleados para uso de herramientas.

Empleados:

  • Compromiso y disciplina.
  • Crear hábitos para empezar el día.
  • En caso de vivir con más personas, concientizarlos acerca de que lo que estarán haciendo es trabajar, para que respeten su espacio y tiempo laboral.
  • Evitar cualquier tipo de distracciones.
  • Fortalecer la concentración.

Es muy importante saber a lo que nos enfrentamos con esta modalidad en el caso de querer y/o tener la oportunidad de adoptarla de ahora en adelante. Al respecto, he oído opiniones encontradas en los últimos días; hay quienes están disfrutando esta forma de trabajar y no están afectando su productividad, al contrario, lo están viendo como parte de su salario o sueldo, pero como una remuneración emocional. Por otro lado, hay quienes ya no aguantan el teletrabajo y prefieren estar en la oficina. A raíz de lo anterior, creo que vale la pena explorar los motivos de cada parte para entender la dualidad de opiniones respecto al teletrabajo:

Puntos a favor del empleado con home office:

  • Se elimina el tiempo perdido en traslados como tráfico, tiempo muerto, etcétera.
  • Disminución de los costos de transporte y gastos relacionados con la oficina (gasolina, pasajes de metro o cualquier medio público de transporte, comidas fuera de casa, entre otros).
  • Impacto ambiental: menos contaminación.
  • Se tiene la oportunidad de convivir más en familia (si hay una buena organización y establecimiento correcto de horarios).
  • Flexibilidad de ajustar las actividades y horarios laborales de acuerdo a las necesidades personales.
  • Tranquilidad y seguridad, ya que por sí mismo el hogar brinda este tipo de emociones.
  • Motivación porque el teletrabajo es parte del salario emocional.
  • Posibilidad de trabajar desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora. Mejor calidad de vida.

Posibles retos del empleado con home office:

  • Sensación de soledad y desesperación.
  • Demasiadas distracciones.
  • Jornadas laborales interminables, a consecuencia de un sinnúmero de juntas en el día.
  • Se junta el trabajo de la empresa con el de casa y nunca se termina ninguno.
  • Se limita la convivencia con los equipos de trabajo.
  • Posible pérdida de los límites entre el trabajo y el tiempo libre.
  • Si no se cuenta con el equipamiento necesario, como una buena silla o pantalla, posibilidad de lastimarse la espalda o la vista.
  • Aislamiento social.
  • Mala señal de Internet, derivada de la conexión propia, ubicación, apagones, etcétera.

Puntos a favor de la empresa con home office:

  • Posibilidad de contratar a los mejores profesionales ya que la barrera de la distancia se elimina, lo cual facilita la captura del mejor talento, independientemente de dónde se encuentre.
  • Reducción de costos tales como el pago de renta por un espacio de trabajo, luz, servicios, comida, etcétera.
  • Posibilidad de contar con colaboraciones flexibles con los empleados.
  • Mentalidad en la que lo más importante es el trabajo por objetivos, no la gestión y revisión del tiempo.
  • Reducción de riesgos y responsabilidades en caso de accidentes.
  • Aprovechamiento de la tecnología.
  • Reducción de bajas y ausentismo laboral.
  • Promover la lealtad de los empleados.

Con base en lo anterior, quiero proponer algunas recomendaciones que pueden ser muy útiles para trabajar en un esquema de home office saludable:

 

La cultura del “reloj checador”; una mentalidad del trabajo totalmente apegada a la vieja escuela, en donde se piensa que entre más horas pasas pegado a la silla o en la empresa, trabajas más; lo cual es totalmente falso y es una contradicción a lo que la palabra productividad se refiere.

  1. Crea rutinas diarias.
  2. Haz ejercicio o alguna actividad física.
  3. Ejercita tu mente.
  4. Come las veces que necesites de acuerdo a tu plan de alimentación.
  5. Báñate y arréglate.
  6. Toma descansos o breaks mientas trabajas.
  7. Mantente en contacto con tus compañeros de trabajo o con tu equipo.
  8. Busca un espacio limpio y despejado para hacer tus actividades.
  9. De acuerdo a tus necesidades, establece un horario de entrada y otro de salida.
  10. Lleva una agenda para tu día a día.
  11. Al terminar de trabajar, trata en la medida de lo posible de desconectarte del trabajo.
  12. Antes de dormir, busca relajarte y procura no ver pantallas al menos 15 minutos antes de descansar.

El mundo está cambiando. Hoy nuestro A.C. y D.C. se han convertido, de un antes y después de Cristo, en un antes y después de Covid; y esto exige tanto a empresas como empleados a adaptarnos a las nuevas herramientas y a las nuevas formas de llevar la vida personal, familiar y laboral. En palabras de Miguel de Unamuno: “El progreso consiste en renovarse”, o más coloquialmente, “renovarse o morir”, así que inspirados en tan sabia frase, la recomendación es estar abiertos a los cambios; al final, es un hecho que los buenos resultados de una empresa no vienen del mobiliario de oficina.

Krystal Salinas

Gerente de Marketing

Fundada en Estados Unidos en 2001 e iniciando operaciones en México en 2009, Blackhawk Network se especializa en la venta y distribución de tarjetas de regalo y código electrónicos de las marcas más reconocidas a nivel global, para incentivar empleados, clientes, socios, etc.; hacer promociones, recompensas, programas de lealtad… Cuenta con una amplia red de distribución formada por las principales cadenas comerciales y tiendas de conveniencia del país.


www.hawkincentivesmexico.com.mx

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