Cuando pensamos que ya le entendimos a la nueva app, ya hay actualizaciones. Y si nuestras habilidades “antiguas” son tan útiles como un extintor en una película de dragones, les recomiendo hablarle a su adolescente de confianza para que les ayude con las definiciones de lo que leerán en este artículo.
En nuestro mundo cada vez más digital, las tecnologías nuevas y emergentes se están convirtiendo rápidamente en una parte integral de nuestras vidas, desde la inteligencia artificial hasta los vehículos autónomos y la realidad virtual. Este rápido avance de la tecnología ha cambiado drásticamente la forma en que trabajamos, aprendemos, nos comunicamos e interactuamos unos con otros.
Aprender en esta era no es tomar un curso y salir con tu certificado en papel para enmarcar. De dónde obtenemos el aprendizaje, qué tan seguido aprendemos, cómo lo capitalizamos y cómo lo transmitimos después, son solo algunos aspectos que tenemos que tomar en cuenta cuando pensamos en cómo la tecnología se mete a vivir a la casa de Recursos Humanos y comprender este nuevo matrimonio.
Upskilling and Reskilling: en busca del conocimiento perdido en la jungla digital
Se ha mencionado en foros internacionales que las habilidades más buscadas hoy en día son: el pensamiento analítico y el pensamiento crítico; aunque tiene mucho sentido, sabiendo como está evolucionando el ámbito laboral y la tecnología a la par, estas habilidades no son tan aplicables en todos los niveles y sectores. En Krispy Kreme, esto nos ha llevado a pensar de manera distinta sobre cómo atraemos, contratamos, desarrollamos y retenemos a nuestra gente. Sin embargo, algo que en el área de People (Recursos Humanos) tendemos a olvidar es que no podemos hacer todo al mismo tiempo, y menos cuando se trata de cambio. Ojalá y fuera tan simple como un “plug and play” pero, lamentablemente, involucra gente y eso lo complica todo.
Lo que realmente ha dado un giro, en comparación con unos años atrás, es la velocidad a la que debemos responder. Todos hablamos de la famosa “carrera por el talento”, pero incluso las empresas que presumen de ser más ágiles parecen haberse inscrito en una maratón de caracoles cuando se trata de atraer y retener al tan codiciado talento. Necesitamos aprender a reaccionar rápidamente cada vez que surge una necesidad, comprendiendo que no todos los rincones de la empresa están pidiendo a gritos lo mismo al mismo tiempo. Pero aquí está el chiste cósmico: si no actuamos con la velocidad de un superhéroe con un expreso doble, cuando finalmente lleguemos, la tecnología ya habrá hecho una transformación y las habilidades requeridas serán otras.
Transformando emojis en plataformas para Upskilling and Reskilling
–Las plataformas de E-Learning
Sabiendo que no toda la organización puede ser entrenada al mismo tiempo, y que no todos necesitan el mismo tipo de entrenamiento, el uso de herramientas digitales para este propósito es imperativo.
El 87% de la población laboral pertenecen a la Generación X, Z y Millenials, según el World Economic Forum (mayo, 2023). Estas personas conocen y prefiere el uso de herramientas digitales que se amoldan a su tiempo y necesidad. Con el 37% siendo Millenials y el 23% Gen Z, debemos de entender que la manera en que se aprende ha cambiado y debemos atender a esta necesidad.
Dependiendo del giro de la empresa y el tema a entrenar, lo que mejor efecto ha tenido para nosotros son las “capsulas informativas”, que bien pueden ser webinars estilo Tik Tok (cortos pero aplicables).
Sabiendo que el 80% de la población mayor de 6 años usa un teléfono inteligente (INEGI, 2022), y que en Krispy Kreme el 100% de nuestros Kremers (así llamamos a nuestros colaboradores) tiene un teléfono inteligente, no es de sorprender que buscamos utilizar esta herramienta para llegar a cada uno de ellos. Además, este medio nos ayuda a alcanzar todas nuestras geografías en tiempo real o con la flexibilidad que nuestros Kremers necesitan.
–Realidad virtual y aumentada: ¡no es un sueño, es un chiste con gafas!
Esta opción de aprendizaje trae tanto potencial a la mesa, que se podría decir que será el Santo Grial de People. La posibilidad de sumergir al colaborador en un mundo que simule la realidad, sin tener que correr algún peligro o impacto real en el negocio, es mágica; además de que te brinda la oportunidad de experimentar nuevas técnicas, recetas, procesos, sistemas e ideas.
Ya existen en el mercado varias opciones para todos los giros. Este sistema es lo que realmente podría catapultar a las empresas a otro nivel y con la rapidez que realmente se necesita.
–Cuando la Inteligencia Artificial decide tomar el volante
La Inteligencia Artificial es hoy el “trending topic”, sobre todo cuestionándonos si llegó para quitarnos el empleo y hacernos redundantes. Mi opinión es que seguimos lejos de ser reemplazados por robots. Siempre he sido partidaria de la tecnología y lo que nos brinda. Lo que lastimosamente terminamos haciendo en las empresas, es trabajar para el sistema y no que el sistema trabaje para nosotros; y mientras no aprendamos que los sistemas, la tecnología, las plataformas están aquí para ayudarnos y hacer el pensamiento analítico, el trabajo repetitivo, seguiremos aferrados a complicar las cosas para procurarnos la chamba.
Dejar que la Inteligencia Artificial sea el cerebro detrás de nuestras decisiones basadas en datos es como tener un asistente de pensamiento analítico con esteroides. Una de las competencias que seguirá estando en alta demanda es la creatividad. No hablo de inventar espejitos, sino de exprimir al máximo esos datos que ya estamos recopilando gracias al pensamiento analítico de la Inteligencia Artificial porque, sinceramente, tener un montón de información es como tener un cofre del tesoro sin llave: si no sabemos cómo abrirla, cómo transformarla con nuestro toque único de comprensión del negocio y entendimiento del contexto de mercado y marca, no sirve de nada. En resumen, la Inteligencia Artificial es la guionista y nosotros somos los directores de la obra maestra llamada “mejora continua”.
Desatando el poder del chat o cómo comunicar mejor a todos los niveles
Uno de los retos más grandes en las empresas es asegurar que a todos les llegue el memo; no solo me refiero a que les llegue la información físicamente, sino que la lean y la entiendan. Algo que siempre me ha impresionado es cómo se supone que somos el “animal” más inteligente y, sin embargo, somos los que peor nos comunicamos. Si partimos de que comunicación no es lo que digo sino lo que mi interlocutor entiende, creo que nos ayuda a ver las cosas desde un punto de vista diferente.
Partamos de que entre lo que pienso; lo que quiero decir; lo que creo decir; lo que digo; lo que quieres oír; lo que oyes; lo que crees entender; lo que quieres entender y lo que entiendes, hay nueve posibilidades de no entenderos.
A esto debemos sumar que cada persona tiene diferentes gustos en cómo recibir información, y eso hace que los canales de comunicación se tengan que diversificar para atender las necesidades de todos. Aun así, después de tanto cuidar el qué, cómo y porqué del mensaje, alguien no se enteró.
En Krispy Kreme nos ha ayudado mucho justamente esto: entender para atender a los diferentes gustos y explotar de la mejor manera la tecnología para llegar a todos. Iniciamos sumergiéndonos en la información sobre los gustos y preferencias de cada Kremer; formamos un escuadrón de aliados internos reclutando “cracks” en nuestras tiendas, producción y oficinas, convirtiéndolos en embajadores reales de la cultura. Pero eso no es todo, los especializamos en temas de desarrollo, inclusión y, por supuesto, wellness. Lo más divertido es que son ellos quienes deciden, a su estilo, cómo y en qué canal lanzar las campañas, programas y cultura. Actualmente les estamos dando rienda suelta en redes sociales como Facebook, Instagram, Tik Tok y medios internos digitales, asegurándonos de que cada uno tenga su propio canal de chismes y noticias. ¡Esto incluso hizo que los “chavorrucos” ejecutivos se unieran a la diversión con mensajes y dinámicas poco convencionales!
Y eso no es todo, también incorporamos nuevas aplicaciones que brindan una experiencia digital amigable, relevante y con un impacto positivo en sus finanzas, salud y en la comunidad. Estas plataformas ofrecen servicios de telemedicina, programas de nutrición, ejercicio, pausas activas y meditación. Lo mejor es que la participación en estas actividades se transforma en dinero que podemos donar a instituciones sociales de nuestra elección. En Krispy Kreme, la preocupación por la comunidad y el planeta no es solo una formalidad, es parte fundamental de nuestra esencia.
Toreando los problemas de implementación de tecnología
–Alfabetizando en la Era Digital
Algo que no podemos negar es que cuando uno cree que al fin le entendió a la nueva app, ya salió otra y la que uno aprendió “ya no se usa”. Lo que buscamos hacer en Krispy Kreme es, cada uno o dos años, revisar nuestros canales de comunicación y volver a preguntarnos si tiene sentido seguir con ellos o no. Además de que siempre hay que innovar (como con nuestras donas) también debemos saber que existen canales tradicionales, pero hay otros que surgen para romper el molde y generar una mejor comunicación. La tecnología nos ha permitido y a la vez exigido reinventarnos continuamente.
Ahora bien, sabemos que no toda nuestra población es muy “trucha” con la tecnología, por lo que buscamos que desde su contratación y en el entrenamiento de inicio, conozcan las herramientas y aprendan a usarlas. Siempre terminan eligiendo la de su preferencia y descartando el resto, pero al menos sabemos que las opciones se les presentaron y sí les llega la información.
–No quiero, no quiero y hago berrinche
El cambio es muy fácil de implementar, el problema es la gente. Para lanzar cualquier cosa siempre hay que iniciar teniendo a los altos ejecutivos alineados; pero no de dientes para afuera, debe de ser genuino para que el mensaje sea el mismo entre toda la organización. Este es uno de los pasos más complicados. En muchas compañías, la Dirección está conformada por personas que “ya las vivió todas”. Por lo menos dos veces ya experimentaron lo que estamos viviendo, y saben cómo va a terminar. Pero esto no siempre es cierto. Sin descartar su experiencia ―por algo han llegado a donde están―, el problema es que la falta de humildad, apertura y la visión de entender que la tecnología no es lo de antes y que esta misma tecnología ha hecho que los colaboradores vean el trabajo de diferente manera, es querer resolver un problema de cálculo integral masticando chicle y con canicas. Esto no hace a los empleados menos comprometidos, menos responsables o con menos ganas de aprender, simplemente es entender que los tiempos cambian y que hay que aprender a hacer un buen cóctel de 100 ml de experiencia con 2 medidas de tecnología y 3 de humildad.
Las compañías que evolucionarán más rápido son aquellas donde las gerencias tienen la capacidad de aprender a desaprender, y esto, mis queridos colegas, es la panacea.
Los directores de Recursos Humanos son como los directores de orquesta, asegurándose de que la tecnología en People (Recursos Humanos) sea el mejor maestro en el salón del aprendizaje, impartiendo lecciones continuas, desarrollando habilidades y garantizando que la comunicación fluya tan suavemente como un meme viral. Al adoptar estos avances tecnológicos, las empresas pueden cultivar una cultura de innovación, adaptabilidad y crecimiento sostenido. Sin embargo, aquí está la verdad incómoda: podríamos tener las herramientas más avanzadas y brillantes que se ajustan a todos los estilos de aprendizaje, generaciones y competencias PERO, aunque llevemos el caballo al pozo de la tecnología, no podemos forzarlo a beber información si no está sediento de conocimiento.
Así que, al final del día, depende de cada uno de nosotros tomar las riendas de nuestra carrera y desarrollo, montar el caballo de la oportunidad y cabalgar hacia nuestro destino, incluso si el camino está lleno de memes y emojis. ¡Que la fuerza (y el humor) nos acompañen en esta travesía tecnológica! 🚀😄