El líder es la cabeza de la organización y su actuar influye directamente en la formación de la cultura empresarial. Si actúa de forma ética y honesta, posibilitará que se geste una cultura de confianza, que se caracterice por la responsabilidad y el respeto hacia todos los miembros del equipo y hacia las demás personas. Se logrará un ecosistema en el que se resalte el trabajo y la innovación, en el que se rechace comportamientos corruptos y poco éticos. De esta manera, el ambiente que prime en la organización será retador, pero a la vez cálido, empático y humano.
E
jercer un liderazgo ético y honesto es asumir la responsabilidad de brindar un acompañamiento y una formación racional y emocional a sus colaboradores, basada en la enseñanza y ejemplo de valores morales. Así logrará ganarse la confianza y colaboración de su equipo, quienes se verán identificados con la organización, sus objetivos y valores. Esto les llevará a desarrollar actitudes positivas que reflejarán en su labor diaria y en su vida personal. El líder se convierte en un modelo de conducta a seguir por todos los miembros de la organización. Es esencial que el líder actúe de manera ética y honesta, que defienda y haga lo correcto, siempre motivado por objetivos adecuados, poniendo siempre en primer lugar el respeto hacia los demás.
Los momentos de crisis son una de las circunstancias más importantes para medir el papel del líder ético y honesto, pues su deber es mantener la calma y trasmitir a sus colaboradores una sensación de seguridad y bienestar, a través de la toma de decisiones rápidas y precisas, que aseguren un mínimo daño hacia otras personas. Cuando la crisis se haya superado, el líder deberá realizar un análisis crítico, identificar aciertos y errores que potencien su capacidad de crecimiento profesional. Muchos se preguntarán si es posible educar para ejercer un liderazgo basado en la ética y la honestidad. La respuesta es sí. Al remitirse a la historia se puede observar que muchos de los grandes líderes se han forjado a partir de un reto significativo en su vida personal o profesional, lo que les ha permitido aprender y crecer. En este sentido, se puede determinar que el mejor método de enseñanza se genera al dotar de cualidades y técnicas esenciales de liderazgo, y creando oportunidades que permitan a los miembros de la organización poner a prueba su capacidad de tomar decisiones adecuadas.
“El actuar ético y honesto establece una autoridad moral, demostrando que se ejerce un auténtico liderazgo y convirtiendo al líder en un verdadero referente dentro de la organización”. Carlos Zaldumbide
Y aún más importante, el inculcar la práctica de valores morales en todas las acciones que ejerzan dentro o fuera de la organización. Recordarles que la honestidad y la ética deben primar en todos los ámbitos de su vida, y que no es necesario que nadie les esté vigilando para que actúen con integridad en cada paso que den. Por ello, desde el Capítulo Ecuatoriano de la Cámara de Comercio Internacional y su Comisión de Integridad y Anticorrupción, se presentó el Código Ecuatoriano de Gobierno Corporativo, que contiene normas para un manejo empresarial ético y honesto. Este es el primer grupo de normas, completamente ecuatorianas, que implican un sistema de control y dirección de las organizaciones, que les permitirá mitigar riesgos, combatir la corrupción, aumentar la confianza, atraer inversiones y capital. Las organizaciones y sus líderes tienen un gran desafío. Hoy más que nunca es importante trabajar en valores dentro de los equipos de trabajo, pues de ello también depende la supervivencia de la organización y su correcto desarrollo. Ser ejemplo de prácticas honestas y éticas, es posible.
Amanda Vaca
Espinosa de los Monteros
Analista de Comunicación,
Cámara de Comercio de Quito
Fundada en 1906, la Cámara de Comercio de Quito tiene la misión de “liderar a la comunidad empresarial y promover un ambiente de negocios eficiente para el desarrollo del país”.