El coaching no fue siempre una profesión reconocida, sin embargo, eso ha quedado atrás y ahora ocupa un sitio de honor en la escena de la administración. Pero ¿qué es un coach, qué hace? Ayudan a que las personas se conviertan en algo más de lo que piensan que pueden ser.
Antecedentes
Coach es una palabra de origen francés que significa vehículo para transportar personas de un sitio a otro. Hoy, un coach ayuda a que una persona ascienda de nivel al ampliar una habilidad, mejorar su rendimiento o incluso al cambiar su forma de pensar. Un gran coach ayuda a que personas comunes y corrientes como usted o yo alcancen logros extraordinarios a través de un punto de vista diferente.
Los padres son los primeros coaches. Cuando aprendemos a caminar, nos ponemos de pie titubeantes, damos un breve paso, nos caemos y soltamos el llanto. Nuestros padres no nos reprenden diciendo: “niño tonto, nunca caminarás; sigue gateando y no estorbes”.
No, en lugar de eso perseveran hasta que caminamos y corremos —actividades que no podríamos haber imaginado en medio del llanto—. Nos ayudaron a movernos hacia un mañana que entonces no podíamos ver.
Una relación de coaching productiva parte de dos personas con fuego en las entrañas: una que desea intensamente avanzar y otra que anhela ayudarla a que haga el recorrido.
Para recibir un coaching exitoso es necesario que la persona quiera aprender, crecer y comprometerse verdaderamente a dedicar el tiempo y energía necesarios para lograrlo. Ser coach requiere una dedicación profunda para ayudar a otra persona a que logre lo que quiere ser. Significa soportar muchos silencios dolorosos mientras espera que el receptor responda. Denota sobrevivir a las desdeñosas miradas de frustración cuando, después de que alguien le relata su desventura más reciente, usted le pregunta: “¿y qué piensa que sería lo mejor?”.
Un gran coach ve posibilidades que el receptor ni siquiera sabe que existen.
Ayuda a que el individuo tenga en claro sus objetivos y luego —mediante un interrogatorio minucioso y comprensivo— lo ayuda a que avance más rápido hacia su realización.
Coaching y liderazgo
El coaching está destinado a ser el método de liderazgo del siglo XXI. Los líderes del pasado eran tomadores de decisiones, su función era explotar en
forma óptima las habilidades de los empleados para beneficio de la organización. Se veía a los empleados como herramientas y recursos de la organización.
Los líderes actuales desarrollan personas, construyen relaciones y se preguntan cómo pueden ayudar a que una persona sea más valiosa como individuo, y que lo sea también para la empresa.
El líder de hoy es un coach que ayuda al receptor a que aprenda, crezca y pueda realizar sus sueños.
Al mismo tiempo, el receptor genera la satisfacción más profunda en el coach. El coaching es la experiencia máxima de ganar-ganar.
Es sabido que muchos líderes están hoy abrumados por el cambio. Enfrentan desafíos provenientes de todas las direcciones. Entonces, ¿por qué algunos prosperan y otros no? Podría especularse ampliamente que algunos fallan debido a razones externas —no anticiparse a las necesidades del mercado o no innovar—. Sin embargo, la diferencia real entre el éxito y el fracaso puede relacionarse con razones internas: qué tan satisfactoriamente logran captar a sus seguidores.
¿Qué se requiere hoy para atraer a las personas?
¿Qué se precisa para inspirar en ellas la búsqueda de un propósito común? Es necesario el autoliderazgo.
Una gran diferencia entre el éxito y el fracaso de los líderes se relaciona con su carácter, qué tan efectivamente se dirigen a sí mismos. Por lo tanto, una función de los líderes en el nuevo mundo laboral es saber las respuestas a preguntas que hacen muchos seguidores: ¿por qué debo seguirle y por qué debo confiarle mi vida? Los líderes deben mirarse en el espejo y responderse esas preguntas. Deben entender que el liderazgo se gana desde adentro.
Véase al espejo
Durante mis más de treinta años como coach, me ha impresionado continuamente la valentía que tienen los grandes líderes para sostener el espejo y mirar hacia su interior. Entienden que los aspectos suaves del liderazgo son tan importantes como los duros.
Muchos líderes están entusiasmados por las perspectivas de esta nueva era, mientras que otros muestran hostilidad hacia los cambios que perciben: ahora que ese futuro revolucionario ha llegado, su negación se ha convertido en miedo e ira.
Los nuevos mapas
En los buenos tiempos pasados del comportamiento predecible de la economía el mercado, un líder podía decir: “continuaré haciendo lo que siempre ha funcionado”.
Esa opción ya no existe para la inmensa mayoría de líderes que están atrapados en una guerra por atraer y conservar a empleados talentosos. Todos tendrán que ser descubridores en el siglo XXI. Los que crearon países en el Nuevo Mundo no tenían mapas ni guías, tan sólo su ambición y una posible oportunidad. Algunos lograron su objetivo, muchos no. Si los futuristas están en lo correcto, ello significa que en el futuro predecible los descubrimientos serán continuos, habrá que asumir riesgos de carrera y negocios sin mapas y con pocas guías, habrá que aprender a generar confianza mientras se encabeza al personal hacia nuevos territorios.
La nueva fuerza de trabajo
Hoy, los empleados del conocimiento no siguen a ciegas, tienen estudios, conocen el mundo y están conscientes de sus opciones. Su compromiso depende de la confianza que tengan en sus líderes.
Ante la realidad actual del mercado laboral, muchos tienen hambre de un liderazgo con decisión; saben que sus líderes no conocen todas las respuestas pero, de cualquier manera, desean participar haciendo las preguntas.
Hoy muy pocos líderes han hecho énfasis en la ética de la personalidad, al preocuparse por proyectar una cierta imagen y usar las frases adecuadas; al hacerlo se han enfocado errónea y excesivamente en la forma, y no lo suficiente en la esencia. Han perdido su carácter y la confianza de la gente.
Esencia del liderazgo
Cuando se es líder desde la esencia, se construye la confianza. Si se integra qué se es con qué se hace, desaparecen muchos problemas crónicos del liderazgo.
Los líderes efectivos cuentan con propósitos, valores y visión verdaderos que guían su liderazgo; deben ir más allá de la racionalidad hasta lo inexplorado y lo desconocido para ejercer su liderazgo desde adentro.
Conclusión
El trabajo de coaching con los líderes es una tarea fundamental para la época compleja que vivimos en la actualidad. Entre las ventajas que este acompañamiento proporciona encontramos: reducir el estrés, eliminar comportamientos tóxicos en el liderazgo, mejorar rendimiento, incrementar capacidad de influencia, innovación y pasión.