En gran medida las empresas no generan las condiciones para que sus empleados propongan soluciones diferentes a las tareas y problemas que enfrentan día a día; en el ámbito comercial son pocas las estrategias para ganar mercado, diseñar nuevos productos y servicios para atraer y retener a los clientes. Por tanto, la tendencia es que las empresas están condenadas a desaparecer.
¿Cuáles son estas condiciones?
Deben estar dispuestas a correr riesgos para intentar nuevas soluciones a los problemas, permitir que sus empleados den su opinión y propongan nuevas formas de hacer el trabajo, diseñar nuevos sistemas y procesos. En pocas palabras, a crear e innovar, a aplicar la inteligencia.
Es fácil decirlo, pero en primer lugar, ¿cómo medimos la creatividad y la innovación de manera que las empresas conozcan qué tipo de inteligencia aplicar para generar la innovación y creatividad requeridas?
Porque todos somos diferentes y tenemos cerebros diferentes.
Bienvenidos a la era del Cerebro Prepara el camino: el primer estadio es la preparación, que es el momento en que te sumerges en el problema en busca de cualquier información que pueda resultar relevante. Se debe reunir una gran cantidad de datos y hechos, el cerebro debe estar receptivo, debe escuchar libremente y encajar todos los detalles; utilizamos nuestro cuadrante cerebral racional e intuitivo.
Hay que pasar de lo racional —recolección y análisis de datos—, a la intuición y emoción para aceptar la frustración y que ésta no limite la creatividad, la perseverancia alimenta la creatividad. La mente racional se rinde más fácilmente que la mente intuitiva y emocional ante las dificultades.
Incubación: en esta etapa digieres todo lo que has reunido (datos, hechos, evidencias, información, etc.). Mientras que la preparación exige un trabajo activo, la incubación es más pasiva, un estado en el que mucho de lo que sucede se desarrolla fuera de tu conciencia enfocada, sucede en tu inconsciente. A menudo subestimamos el inconsciente, pero éste es mucho más fértil para las iluminaciones creativas que el consciente.
El inconsciente es el almacén de todo lo que sabes y conoces, es intelectualmente más rico, aquí entra en operación la mente intuitiva y emocional a través de la amígdala.
Soñar despiertos: cualquier momento en que podamos soñar despiertos y relajarnos es útil para el proceso creativo; una ducha, un largo trayecto en coche, una caminata en silencio, meditar, ayudan a que el cerebro creativo esté más receptivo.
La actividad neuronal se incrementa ante estímulos emocionales y la actividad eléctrica cerebral es más grande entre las 4:00 y las 6:00 hrs. Iluminación: cuando te llega la respuesta como salida de la nada, es el momento anhelado y aquél en que exclamamos “¡Eureka!”. Pero el pensamiento solo —aunque sea un hallazgo revelador— todavía no es un acto creativo. La etapa final es la traducción, es decir, cuando tomas tu idea y la transformas en acción, en una realidad. En esta etapa pasamos del cerebro intuitivo y creativo, al cerebro racional, a armar el rompecabezas de la solución al problema.
La dominancia cerebral
Ned Herrmann elaboró un modelo que se inspira en los conocimientos del funcionamiento cerebral. Él lo describe como una metáfora y hace una analogía de nuestro cerebro con el globo terrestre con sus cuatro puntos cardinales. A partir de esta idea representa una esfera dividida en cuatro cuadrantes, que resultan del entrecruzamiento de los hemisferios izquierdo y derecho del modelo Sperry, y de los cerebros cortical y límbico
del modelo McLean. Los cuatro cuadrantes representan cuatro formas distintas de operar, de pensar, de crear, de aprender y, en suma, de convivir con el mundo.
La dominancia cerebral determina a qué aspectos de la vida les prestaremos atención y a cuáles no.
Quienes tengan el predominio del hemisferio derecho (intuitivo y visionario) son hábiles para generar ideas creativas, soluciones innovadoras a los problemas, toman riesgos, son curiosos, son sensibles y buenos comunicadores. Estas personas requieren desarrollar su hemisferio derecho con ejercicios de memoria, juegos de mesa, series de números, hacer planes de acción y dar seguimiento.
Evaluar la creatividad y la innovación
Aunque existen numerosas herramientas e instrumentos para evaluar la inteligencia, son pocos los ejercicios que existen para evaluar la creatividad y la innovación.
Ned Herrmann desarrolló el HBDI (Herrmann Brain Dominance Instrument), que es un instrumento de autopercepción de preferencias cerebrales que ayuda a diagnosticar el cuadrante cerebral más utilizado.
Nestor Braidot, en su libro Sácale partido a tu cerebro, presenta numerosos ejercicios para desarrollar ambos hemisferios.
Con instrumentos para medir la actividad cerebral a través de ejercicios que el evaluado debe responder, obtiene científicamente la preferencia cerebral que utiliza el evaluado al dar una respuesta a los ejercicios presentados.
Este sistema, muy utilizado para el estudio de las neurociencias, da el sustento de validez a los estudios de Braidot. Pero aún estamos lejos de la aplicación empresarial en cantidad y costo.
He realizado numerosos estudios a las herramientas de evaluación de la inteligencia, pero son pocas las que están considerando los estudios de los cuadrantes y de los hemisferios cerebrales, por lo que desarrollé un instrumento que mide la creatividad y la innovación a través de inteligencias múltiples, tema también dado a conocer por Daniel Goleman.
El instrumento de evaluación de la creatividad y la innovación evalúa tres inteligencias: inteligencia no verbal, inteligencia numérica e inteligencia verbal.
Se seleccionaron los tres tipos de inteligencia anteriores como un medio de dar un indicador de las inteligencias más utilizadas en el medio laboral:
La inteligencia no verbal nos mide las aptitudes de abstracción, conceptualización e integración de las partes como un todo. Pone en marcha las capacidades cerebrales de creatividad, razonamiento, análisis y juicio.
La inteligencia numérica nos mide las aptitudes de rapidez mental, solución de problemas y concentración. Pone en marcha las capacidades cerebrales analíticas, numéricas, lógicas, administrativas y sistemáticas.
La inteligencia verbal nos mide las aptitudes de comprensión, retención de información del medio ambiente y lógica para entender la solución de problemas. Pone en marcha las capacidades cerebrales de razonamiento, lógica, memoria remota, y de relaciones interpersonales.
La herramienta de evaluación se compone de nueve series y se obtienen 3 indicadores —desarrollo de alternativas, creatividad y abstracción, información, vocabulario, sistematización, habilidad numérica, cubos, razonamiento, conceptualización y creatividad.
La aplicación de la herramienta en diferentes empresas y a todos los niveles jerárquicos, edad, género, nivel académico y otras variables sociodemográficas, ha permitido obtener los valores de confiabilidad y validez para medir la creatividad y la innovación en las empresas.
Mario Martín Arámbula Meraz, Consultor empresarial en temas de Desarrollo Organizacional y Senior Partner Director, e-Talent Profile
La dominancia cerebral determina a qué aspectos de la vida les prestaremos atención y a cuáles no.