Que el individuo se haga responsable de las decisiones tomadas dentro de su cotidianeidad y busque realizarlas de una manera más objetiva, tendrá un impacto sobre su vida. Brindar herramientas para que lo logre es la propuesta que se plantea en la actualidad, para impulsar los resultados de las organizaciones.
Tomar una decisión de acuerdo con nuestra capacidad limitada supone una renuncia a otras alternativas, de ahí la importancia de elegir correctamente.
Sin embargo, es importante saber cómo realizar las decisiones para que éstas sean asertivas, para ello, podemos partir mencionando que lo que caracteriza a una decisión se puede resumir en cuatro puntos.
Primero, se debe tener la capacidad de elección, es decir, contar con la libertad para poder escoger; si no tengo opciones no se toman decisiones. El segundo punto es contar con múltiples posibilidades, si sólo se tiene una ruta no hay más camino a tomar que el establecido. El tercer punto es la deliberación, es decir, que realmente se tome la decisión considerándola cuidadosamente. El cuarto y último punto se trata de renunciar a las demás alternativas.
Es posible hacer la siguiente analogía: así como a toda acción le corresponde una reacción, así a toda decisión le corresponde una consecuencia. Enseñar a los jóvenes la importancia de este enunciado podría prevenir que resulten afectados tanto física como social y emocionalmente.
Como dice Marina (2005), es importante y necesario hacer notar que “la valentía, la decisión y el ánimo forman parte de la inteligencia humana”, ya que éstas son la base de la toma de decisiones.
Considerando este punto y de acuerdo con diversas investigaciones y enfoques teóricos, la toma de decisiones puede definirse como: “un proceso amplio que puede incluir tanto la evaluación de las alternativas [y] el juicio, como la elección de una de ellas […]” (Guzmán, 2012).
En otras palabras, la toma de decisiones hace referencia a la capacidad cognitiva para elegir, lo cual involucra: análisis, categorización, juicios probabilísticos, construcción de alternativas y la decisión.
Jack Zenger y Joseph Folkman, consultores en liderazgo, se preguntaron: ¿qué nos lleva a tomar malas decisiones? (Durán, 2017).
Para contestar esta interrogante entrevistaron a más de 50,000 líderes y realizaron una comparación en la forma de actuar de los que estadísticamente tomaban buenas decisiones contra los que no lo hacían.
Lo que detectaron fue que el origen de las malas decisiones se encuentra, en gran medida, en las malas costumbres de la gente que las toma, y descubrieron que hay nueve malos hábitos que engendran malas decisiones.
Éstos son:
- Flojera, por ejemplo, el no verificar los datos antes de tomar una decisión.
- Falta de previsión o incapacidad de anticiparse a los eventos.
- Vacilación o indecisión para tomar decisiones.
- Quedarse encerrado en el pasado, queriendo, por ejemplo, continuar con cierto procedimiento que siempre se ha utilizado.
- No contar con una planeación estratégica o no contar con metas y objetivos definidos.
- Dependencia o necesidad de aprobación de alguien más para tomar una decisión.
- Aislamiento social o soberbia.
- Falta de actualización técnica o instrumental.
- Falta de comunicación.
Una vez que se analizan estos puntos es posible observar que si se retiran estos hábitos comenzarán a tomarse buenas decisiones. Así́, la toma de decisiones es un proceso intencional que combina el análisis de la información, la confrontación de alternativas, la valoración de las opciones y, finalmente, la toma de la decisión.
Se trata de formarse en el uso de métodos sistemáticos, es decir, estructurados y coherentes con el campo disciplinar, técnico o académico de la decisión; elegir entre las posibilidades previamente identificadas la mejor forma de proceder, valorando las implicaciones y consecuencias de tal forma que se revele el nivel de compromiso con ella.
Un método sistemático se funda en datos, en recabar información de calidad, verificarla y contrastarla con otras del campo de producción específico y de otros; se trata de redescubrir, de acuerdo con la experiencia y la práctica, opciones y caminos más consistentes con el tipo de decisión a tomar.
Si se considera que la toma de decisiones de cada individuo puede tener un impacto en la calidad de vida de éste, debería ser una estrategia de las organizaciones brindar herramientas a los colaboradores para optimizar su toma de decisiones, ya que con ello sería factible impactar no sólo en la calidad de vida de los individuos sino en cómo se construyen como seres sociales dentro de la empresa.
Una de las mejores explicaciones sobre calidad de vida la brinda el Dr. Daniel López Rosetti, quien dice que la calidad de vida es la diferencia que existe entre lo que se tiene y las propias expectativas, es decir, que realmente se puede tener todo lo necesario para una vida con calidad, pero si la expectativa es mayor el individuo no será capaz de apreciarlo y considerará que no tiene lo suficiente.
De aquí la oportunidad de brindar herramientas a los colaboradores para que sean capaces de determinar objetivamente sus expectativas y con ello iniciar la búsqueda para satisfacerlas.
La estrategia que se propone para una capacitación es utilizar el análisis jerárquico de prioridades, en el cual se enseña al individuo a jerarquizar por medio de evaluaciones subjetivas, donde cada quien le otorga importancia a cada criterio de manera individual, así como a las prioridades, y con ello puede suceder la determinación de alternativas.
Lo que se busca es generar un ambiente de posible certidumbre ingresando en la medida de lo posible la mayor cantidad de datos cuantitativos posibles incorporando también los aspectos cualitativos existentes. Este método permite de manera eficiente y gráfica organizar toda la información del problema, analizarla y visualizar los efectos de cada alternativa, logrando al final sintetizarla.
Algunas ventajas de este método matemático son:
• Permite desglosar y analizar el problema.
• Permite medir criterios cuantitativos y cualitativos.
• Puede incluir la participación de varias personas.
• Para modelos avanzados es posible complementar con métodos matemáticos de optimización de investigación de operaciones.
Es un hecho que lo invertido en que un individuo logre un proceso más eficiente en la toma de decisiones, generará no sólo un impacto en él, sino también en sus diversos entornos como son la familia, los amigos y hasta en la sociedad.
Fernanda del Valle
Recursos Humanos, Summit Consulting Group