Si descartamos que estás ingiriendo alimentos procesados, poco actividad física, mala calidad de sueño o cambios hormonales como la menopausia. Nos quedamos con el factor más importante de la sociedad actual: el estrés.
Sí, aunque parezca falso, el estrés te está engordando.
La mayor parte de la grasa visceral que se acumula por debajo de la piel en la zona abdominal se debe al cortisol. El cortisol es la hormona que se libera cuando estamos ante situaciones estresantes activando tu sistema de supervivencia. Para huir o luchar se necesita energía, por lo tanto, el cuerpo lleva a cabo distintos procesos para generar ese combustible.
El tema es que los momentos estresantes que vives, te quedas estático, estás sentado en tu oficina. No quemas esa energía generada para que actives tu cuerpo y sobrevivas. Así que se acumula y engordas.
Bajar de peso va mucho más allá de una dieta, se necesita hacer un ajuste en tus hábitos para crear un estilo de vida que apoye tu salud.
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