Este panorama impera en la actualidad y sin duda presenta retos de gran envergadura, entre los cuales adaptarse al cambio es uno de los más importantes. No se trata de pequeñas modificaciones, es un cambio enorme que conlleva la formación de personas en un mundo cada vez más complejo, pero que también ofrece facilidades increíbles.
Hoy por primera vez en la historia de la humanidad, podemos estar conectados a Internet y aprender sin depender de lo que un maestro nos diga en clase; por primera vez no tenemos limitaciones y la información está tan cerca como nosotros queramos.
Podemos acceder a todo un universo de conocimientos a través de la red con una celeridad increíble; de entrada basta con que tengamos hambre de conocimiento, una férrea voluntad, un objetivo de crecimiento y un criterio para distinguir lo que nos sirve de aquello que no.
Paralelamente, cada vez más empresas consultoras tienen un área concentrada en el desarrollo de la gente a través de un enfoque objetivo. El tema de Recursos Humanos que durante siglos había sido subjetivo y gris, se convierte en un tema de Capital Humano que se mide como cualquier otra función empresarial, dejando a un lado la especulación.
En contrapunto, la falta de interés en este tema en muchas compañías potencia los errores en materia de formación de personas, lo que puede implicar asuntos sumamente serios como fuga de clientes, pérdidas económicas dramáticas, corrupción, accidentes e incluso muertes.
Darle vuelo a la innovación
En la actualidad, empresas con dos o tres años de existencia pueden valer miles de millones de dólares por la manera en que han conquistado su mercado con innovaciones deslumbrantes, particularmente en Silicon Valley. Esta zona es única en el mundo producto del despliegue de la creatividad de su gente.
Recientemente tuve la oportunidad de visitar varios startups exitosos en la región; al respecto lo que predomina son apps y soluciones de sharing economy como Uber y Airbnb, conceptos que nadie había pensado hace cinco o diez años.
Sin duda lo que viene en materia de robótica, autos sin conductor y biotecnología para prolongar la vida de seres humanos, entre otros temas, es abrumador.
En contraste, en México impera un nivel bajo de invención; hace falta una fuerte dosis de innovaciones disruptivas para generar rupturas bruscas en paradigmas obsoletos y abrir nuevos caminos que antes fueron inimaginables. En este territorio sin duda hay que arriesgarse y aprender a pensar diferente; la gran recompensa es que sus frutos pueden ser exponencialmente atractivos y valiosos.
La pregunta está en el aire: ¿Por qué no generar propiedad intelectual nacional para uso mundial y que la riqueza se quede en nuestro país?
El conocimiento en el mundo digital
La innovación parte de una población educada, interesada y con grandes propósitos de cambiar el mundo; en consecuencia el conocimiento se vuelve vital. Anteriormente, el acceso a éste dependía de la clase social o de la posibilidad de ir a una institución de lujo; hoy está disponible para toda la humanidad. Increíble pero real, estamos compitiendo en las mismas condiciones como individuos y como empresas.
Si las compañías quieren ingresar en este universo, es cuestión de voluntad y de decisión, aplicando el rigor necesario y sin perder más tiempo.
Mencionamos a continuación algunas acciones corporativas que consideramos de mayor alcance y más redituables para emprender el camino al conocimiento:
Tener una base de datos fidedigna de los empleados: puesto, competencias, desempeño, antigüedad e información relacionada con sus intereses y su plan de carrera.
Llevar a cabo un mapeo de los procesos de negocios de la organización: es necesario saber cómo se componen las áreas de la empresa en el día a día para poder brindar un mejor servicio y dar valor agregado a las tareas.
Discutir con el consejo directivo de la compañía el mapeo de los objetivos del negocio en relación con cada puesto: cualquier indicador del negocio que se quiera cambiar se tiene que atender con el capital humano.
Por ejemplo, si el consejo habla de ventas, la solución es a través de los vendedores; si el objetivo es mejorar la calidad, la solución está en la fábrica. Esta revisión debe realizarse con cada una de las áreas de la corporación, desde el call center hasta áreas administrativas.
Estas acciones se pueden llevar a cabo internamente o bien con el apoyo de consultores externos; depende de la madurez de cada empresa. Hay otras actividades no relacionadas con el core business del negocio que se recomienda efectuar a través de un outsourcing, como por ejemplo: Desarrollo y Producción de experiencias extraordinarias de aprendizaje con guiones de clase mundial.
El contenido online requiere de un alto nivel pedagógico con videos, animación, multimedia y dispositivos móviles que incluyan dinámicas lúdicas, ejercicios de reforzamiento, tutorías y exámenes que se apliquen de manera masiva para audiencias de 100 o cientos de miles de usuarios.
Es importante reconocer que aún con una producción espectacular, entra en juego una buena parte de responsabilidad personal y de la voluntad de las personas.
El alumnado online tiene la posibilidad de participar activamente o de no hacerlo, con las consecuencias que ello implica. Realmente es una maravilla el hecho de que una empresa pueda conocer al personal interesado en su crecimiento versus el personal que es pasivo y no aporta mucho valor, que lo convertiría en un gasto sin retorno.
Recordemos que la nómina es el costo más grande de las organizaciones y nadie puede darse el lujo de cargar con una nómina poco productiva.
Trazos disruptivos
Tan cierto es que el conocimiento está al alcance de todos que en la actualidad la gente puede obtener un certificado de Stanford a través de capacitación online con una inversión de 100 a 500 dólares. Esta disrupción que hace unos años era inconcebible está ocurriendo en tiempo real.
Entendamos que no se trata de elegir si incorporamos o no entornos virtuales en nuestras compañías, eso ya no debería estar en tela de juicio; de lo que se trata es de encontrar la fórmula para eficientar dichos entornos y lograr que los materiales de aprendizaje, así como los talleres y aulas virtuales, tengan un sello de excelencia, es decir, que cumplan su cometido con la mayor efectividad y alcance posibles.
Sin duda, en el contexto actual el e-Learning se ha convertido en un prerrequisito para poder competir, subsistir y aspirar a triunfar. Así, partiendo de programas específicos y hasta universidades virtuales corporativas, la oferta será cada día más extensa para que las empresas potencien su talento individual y colectivo.
No sabemos todavía los alcances que tendrá la revolución digital en el terreno de la educación, pero los intuimos, porque a través de la formación de las personas online no sólo se reducen costos, sino que se impulsan alternativas, esquemas y posibilidades que pueden llevarnos con mayor rapidez y precisión a descubrir fórmulas consistentes de innovación y de progreso.